Nuestro sector, como casi todos, se ha visto impactado por la aparición de las nuevas tecnologías y la digitalización de procesos. Esto no solo afecta a la conformación de los propios despachos, sino a los hábitos de consumo de las empresas. Por ello, en este artículo, analizamos los cambios en el sector de las asesorías utilizando la última guía de SAGE.
Antigüedad de las asesorías
En esta década que acabamos de terminar, hemos visto los efectos de una crisis que ha remodelado todo el mercado y ha introducido nuevos actores en el sector. En España, casi cuatro de cada cinco despachos cuentan con más de 10 años de antigüedad -concretamente, el 78%-. Además, un tercio de estos -el 34%- cuenta con más de dos décadas de existencia.
Por el contrario, solo el 6% se ha constituido en el último lustro. Esto nos lleva a ver que la coyuntura económica de los últimos 10 años no ha supuesto una refundación del sector, sino que, por lo general, ha sido una adaptación de este a las nuevas circunstancias.
La antigüedad media se sitúa en 14 años y, para entender los cambios profundos a nivel tecnológico que se han producido desde entonces, todavía quedaban dos años para que Apple lanzara su primer modelo de iPhone.
Cambios en el sector de las asesorías: retos a futuro
Desde el año 2008, año en que la anterior crisis empezó en nuestro país, la tendencia del sector ha sido positiva. En 2019, sin embargo, el crecimiento se limitó a un 0,7%.
El principal reto al que se enfrentan las asesorías es aumentar la rentabilidad para situarla entre el 10% y el 15%.
Sobre todo en un sector tan atomizado, donde la gran mayoría de los despachos son empresas muy pequeñas o profesionales independientes. Esta característica implica que las empresas tenderán a la concentración y aquí también intervienen las nuevas tecnologías, porque la tendencia es que lo hagan a través de plataformas digitales.
La actualización de los despachos en materia tecnológica será obligatoria para hacer frente a la introducción de muchas start ups, como las Legal Tech, que han aumentado la competitividad del negocio.
De hecho, esta irrupción provocará una comoditización del sector, en la que los servicios tradicionales -como la contabilidad, las nóminas- se verán como de bajo valor añadido y será el precio el determinante en la toma de decisión del cliente. Esto supondrá un reto, sobre todo si se pretende aumentar la rentabilidad del sector.
Qué busca el cliente
Si hemos hablado de la evolución y cambios del sector, hay que enfocar también la atención en los cambios que se han producido en el cliente y saber qué es lo que busca en una asesoría. Según han cambiado estas necesidades, los despachos deben reorientar sus servicios o reformar completamente el modelo de negocio.
Las asesorías han pasado de operar en un entorno local -o nacional- a uno global, por lo que las necesidades son más específicas. Esta tendencia apunta a un asesoramiento más personalizado y menos estandarizado por parte de los despachos.
Según un estudio realizado por Advanced Consulting, los clientes valoran la confianza y el posicionamiento de un despacho, además del precio, por encima de otras métricas a la hora de elegir asesoría. A estas dos características, les siguen la oferta de servicios y las soluciones digitales. En el lado contrario, encontramos la evaluación y el seguimiento como los valores menos decisivos.
Es importante enfocar los servicios para ofrecer al cliente un asesoramiento más personalizado y más centrado en la consultoría para posicionarse como expertos en áreas concretas de negocio. Pero, debido a los cambios legislativos constantes, nos encontramos con la dificultad de cumplir las labores administrativas en poco tiempo. Por ello, es necesario buscar soluciones para optimizar procesos y así aumentar la rentabilidad.