El sector de asesorías y despachos profesionales es una industria altamente competitiva, que no es ajena a los retos que afectan a gran parte del tejido empresarial español, los cuales debe afrontar junto a los más específicos a su realidad.
Los rápidos avances tecnológicos, las cambiantes expectativas de los clientes y la evolución constante del marco normativo son sólo algunos de los factores que influyen significativamente en su modo de operar.
Al comenzar el año, es importante que los profesionales sean conscientes de las cuestiones clave para el sector de asesorías y despachos en 2024. En este artículo, exploraremos cuatro ámbitos que configurarán el futuro de la industria y que deben afrontarse desde ya por el sector.
La transformación digital de la asesoría
El sector de asesorías y despachos, al igual que el resto del tejido empresarial español, se ha visto abocado hacia la transformación digital, que ha traído consigo tanto oportunidades como retos.
Uno de estos retos es la necesidad constante de mantenerse al día de los avances tecnológicos y adaptarse a los cambios del mercado. A medida que se introducen nuevos programas de software y herramientas digitales, los profesionales de este sector deben invertir en formación y actualizar continuamente sus conocimientos para atender eficazmente a sus clientes.
Además, con la digitalización de la información contable, fiscal y laboral de los clientes llega el reto de garantizar la seguridad de la información. El cambio hacia el almacenamiento digital de datos sensibles ha aumentado el riesgo de vulnerabilidad a los ciberataques. Las empresas y profesionales de este sector deben aplicar medidas de seguridad sólidas para salvaguardar la información de sus clientes y mitigar estos riesgos. Esto incluye invertir en concienciación, cortafuegos potentes, protocolos de cifrado y auditorías periódicas para detectar y actuar sobre posibles vulnerabilidades.
Entre las oportunidades, la digitalización está permitiendo optimizar procesos y reducir al máximo tareas repetitivas. De esta forma, los asesores pueden focalizar sus esfuerzos en entregar una asesoría de alta calidad a sus clientes.
La inteligencia artificial, especialmente la generativa, está provocando también grandes cambios en los procesos de producción de servicios y la relación con los clientes. Es necesario que los despachos comiencen a incorporarla en su día a día y formen a sus profesionales en un uso ético de la misma que logre mayor eficiencia. Adaptarse lo antes posible y aprovechar su potencialidad será clave en 2024.
La atracción y retención del talento
El sector de asesorías y despachos ha ido envejeciendo y no resulta atractivo para las nuevas generaciones. Los profesionales jóvenes persiguen un estilo de vida diferente al de sus predecesores, y eso impacta también en cómo afrontan su carrera laboral. Las firmas jurídicas, por ejemplo, están teniendo problemas para retener talento joven que esté dispuesto hacer carrera y llegar a ser socios de un bufete. El cambio generacional en muchas asesorías esta también en entredicho.
A este escenario, se une, además, el desajuste de habilidades entre lo que se enseña y lo que precisa el mercado. Según datos de una encuesta de Wolters Kluwer, el 35,1% de los participantes indicaba que su rol habrá cambiado en los próximos años. Los asesores deben adaptarse a las necesidades del cliente, y eso pasa por evolucionar del cumplimiento de trámites administrativos a tareas de consultoría global. La transformación será de contable a asesor financiero. Las empresas necesitan contar con profesionales no sólo con un gran conocimiento técnico, sino también con visión de negocio y soft skills que les permitan generar buenas relaciones con los clientes.
Una oferta laboral poco atractiva
Actualmente, las empresas del sector tienen dificultad para conseguir profesionales. Esther Carrasco, directora del área de Reclutamiento y Selección de Personal de CE Consulting, afirma que, en los últimos años, quienes, como ella, ayudan en la atracción de talento para el sector de asesorías y despachos han presenciado una transformación significativa. «Antes, el empleador, el socio, tenía un mayor poder de negociación en las contrataciones. Hoy en día, son los candidatos, especialmente los más cualificados, quienes tienen voz en la elección del lugar donde van a trabajar».
«Estos desafíos hacen más necesario que nunca ofrecer a los candidatos beneficios como medidas de conciliación, flexibilidad, formación y desarrollo profesional, entre otros» señalaba recientemente Ana Mato, presidenta de AECEM, en una entrevista en la revista Ejecutivos.
Para Carrasco, las ofertas salariales de sector son poco competitivas respecto a otros puestos a los que los candidatos pueden acceder. Y si el salario no es competitivo, el impacto en la selección y retención del personal que tienen el resto de las políticas y los esfuerzos es menor.
Así, en este 2024 los despachos deben centrarse en los factores centrales de su oferta laboral. Para Esther Carrasco estos son: compensación salarial, modelos de trabajo híbridos y flexibilidad de horarios. «En ese orden, son cruciales para acceder a los buenos profesionales. Para aquellos que busquen al mejor profesional: el desarrollo profesional, la innovación tecnológica, la estructura del despacho, la tipología de cliente y la cultura organizacional se convierten en diferenciadores».
La «empresarialización» de sector
El futuro del sector pasa por incorporar variables empresariales que, de forma sostenible, impulsen una proyección futura y competitiva del despacho. Esa «empresarialización» fue una de las conclusiones más destacadas de la charla “La dimensión del despacho en su competitividad futura” que AECEM organizó en Accountex 2023.
Como Ignasi Vidal, consultor de despachos profesionales y ponente de la charla, explicó: «Incluso en los despachos de cierta dimensión, las políticas empresariales no existen. Los despachos funcionan por inercia. Si realmente fuéramos una empresa, habría unas áreas operativas que serían imprescindibles»
Así, el futuro del despacho pasa por desarrollar áreas empresariales como Recursos Humanos, Marketing o Ventas, inexistentes hoy en día en muchas asesorías. Para Ana Mato, «es importante que no dejemos que la falta de desarrollo empresarial hipoteque el crecimiento del despacho». Por tanto, ¿en qué deben centrarse las asesorías en 2024? Además de aportar conocimiento técnico, es necesario valorar el control de costes, la gestión de personas y la planificación financiera, entre otras cuestiones, de forma que se asegure la rentabilidad y viabilidad del despacho.
Para Vidal hay que resolver una cuestión fundamental: cómo la gerencia del despacho analiza la gestión desde el punto de vista empresarial. «El gerente tiene que saber cuántos clientes nuevos entran en el despacho, por qué entran, qué peso tienen en la facturación, cuál es la recurrencia y por qué nos abandonan.» Aquí está el reto para 2024, comenzar a gestionar esa información. El primer paso, trabajar con KPIs que indiquen a socios y gerentes cuál es el estado del negocio.
Sostenibilidad como propósito
Otra de las claves de futuro para las asesorías va a ser la sostenibilidad, desde dos prismas: avanzar en la sostenibilidad de sus propios negocios y acompañar a sus clientes para que afronten este reto.
Para Luis Martín, secretario general de AECEM, el asesor es un eslabón esencial para la sostenibilidad empresarial y ésta debe abordarse conjuntamente. En una reciente columna de opinión en Ejecutivos sobre la alianza que asesores y directivos debían hacer en torno a la sostenibilidad, afirmaba: «Los asesores, en la mayoría de las ocasiones, conocemos en profundidad los departamentos de recursos humanos, financiero, operaciones y, por supuesto, la gerencia y dirección de las empresas. Y, por tanto, tenemos una visión privilegiada para ayudarles a reconocer los riesgos y detectar las oportunidades que la sostenibilidad traerá consigo».
Para ello, los asesores deben, en primer lugar, estar al día de toda la normativa y formarse en sostenibilidad para incorporar esta perspectiva en todas las áreas de asesoramiento. Aquí, además, hay una oportunidad para desarrollar servicios especializados. Los cambios normativos y las nuevas regulaciones ligadas a la gobernanza, el impacto social o la protección del medio ambiente afectan a las pymes, que no siempre tienen la capacidad de desarrollar de forma interna un departamento de sostenibilidad.
Por otro lado, los despachos deben iniciar su propia transformación sostenible y definir planes de actuación, con una hoja de ruta y objetivos específicos. La sostenibilidad es una oportunidad que, si se gestiona de forma estratégica, puede impactar sobre la reputación, la cuota de mercado, la gestión de riesgos, la financiación e incluso la atracción y retención de talento.
Conclusión
En conclusión, 2024 estará marcado por desafíos y oportunidades significativas para el sector. La transformación digital no es solo una necesidad, sino una palanca para impulsar la eficiencia y la innovación. En este entorno, la atracción y retención de talento se convierte en una piedra angular, exigiendo un enfoque más estratégico y flexible en la gestión de personas. La incorporación de variables empresariales en los despachos enfatiza la necesidad de cambio de rumbo, superando los modelos tradicionales. Por último, la integración de la sostenibilidad, tanto en la estrategia interna del despacho como en el asesoramiento a clientes, resalta la importancia de la responsabilidad social y ambiental en el mundo empresarial actual.
Afrontar estas cuestiones no solo preparará a las asesorías y despachos para el futuro inmediato, sino que también les posicionará como líderes innovadores y responsables en la nueva era de la consultoría profesional.